miércoles, 18 de abril de 2018

Reivindicaciones subrogadas


Vivimos en una época en la que renunciar al derecho al pataleo sería una completa temeridad.
Puede, de hecho, que desde los oscuros centros de poder se nos haya hecho creer que, por ser niños buenos, se nos ha restituido nuestro anhelado bienestar. Pero no. Siempre habrá misiles apuntando a aquellos que osen decir una palabra más alta que otra, a aquellos que se enfrenten a las injusticias cotidianas, sean estas o no, de su incumbencia.
Que no duden de que serán perseguidos hasta en los confines más recónditos de la Tierra, del cielo, del espacio, y del ciberespacio.
Nunca habrá tregua con los disidentes. como, por otra parte, no puede ser de otro modo... ¿Qué mérito tendría entonces disentir? ¿Quién se acordaría ahora si no, del dentista que disentía del parecer de los otros nueve de cada diez? ¿Eh?